Una sequía prolongada, la falta de lluvias y temperaturas más altas de lo normal para esta época, que incluso han alcanzado los 30 °C en semanas recientes, han llevado a que los niveles de agua almacenada en las presas estén en niveles críticos y que se enciendan las alarmas.
La situación es tan grave que se han mencionado fechas específicas en las que el Valle de México podría llegar a su «día cero», es decir, el momento en el que no habría suficiente agua para cubrir las necesidades básicas de los 22 millones de habitantes de la región.
Pese a todo, la preocupación es patente y algunas empresas de contenedores para almacenar agua vieron dispararse sus ventas ante la inquietud de la ciudadanía.
Para entender la gravedad de la situación, sus causas y si es verdad o no que la capital mexicana podría estar cerca de un desabastecimiento general de agua, en BBC Mundo consultamos a varios expertos en la materia.
Las presas mas bajas que el mínimo
La escasez en estas presas, ubicadas en los estados de México y Michoacán, ha llevado a las autoridades a reducir gradualmente en los últimos dos años el volumen de agua que suministran al Valle de México, pasando de 14.8 metros cúbicos por segundo a solo 8 en la actualidad.
Esta disminución es la principal razón por la cual más áreas de la capital, independientemente de su ubicación u otras características, están experimentando más cortes de agua recientemente, ya que su suministro proviene directamente del sistema Cutzamala.
Roberto Constantino Toto, coordinador de la Red de Investigación en Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (Red AgUAM), destaca que lo diferente en esta sequía es que las regiones que antes tenían suficiente agua también están enfrentando escasez. Además, señala que en la capital la crisis no solo afecta a grupos tradicionalmente desfavorecidos, sino que todos, tanto ricos como pobres, están exigiendo acceso al agua.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el sistema Lerma-Cutzamala solo aporta un poco más de una cuarta parte del agua consumida en la Ciudad de México y su área metropolitana. Otro 5% proviene de los ríos y manantiales del valle, mientras que la mayor parte, más de dos tercios del total, proviene de pozos que extraen agua de los acuíferos.
Aunque la atención principal se concentra en la grave escasez evidente en las presas, el suministro subterráneo de agua también se ve afectado por la falta de lluvias, que son esenciales para su recarga.
«Estamos expandiendo las áreas urbanas de manera excesiva en lugares donde deberíamos implementar sistemas naturales de captación que permitan la infiltración del agua, porque en la actualidad estamos extrayendo un 215% más de lo que estamos recargando», advierte Arriaga en una conversación con BBC Mundo.






