Este método busca reducir los efectos del cambio climático, fomentar la diversidad biológica y mejorar la calidad de vida de los residentes y revertir la impermeabilización del suelo causada por el pavimento, lo que ayuda a mitigar problemas como las inundaciones urbanas al permitir que el agua de lluvia se filtre naturalmente en el suelo en lugar de acumularse en la superficie. Además, la despavimentación por áreas verdes puede promover la biodiversidad al crear hábitats para la vida silvestre y mejorar la calidad del aire y del agua.
En lugares como Portland, Oregon, y Hamilton, organizaciones sin fines de lucro como Depave y Green Venture están liderando esfuerzos comunitarios para transformar áreas urbanas. La eliminación de pavimento no solo facilita la absorción del agua de lluvia y previene inundaciones, sino que también crea hábitats naturales para la vida silvestre y mejora el bienestar mental de los habitantes de la ciudad. Estas acciones no son solo esfuerzos voluntarios a pequeña escala. Ciudades enteras están adoptando la eliminación de pavimento como parte de su estrategia para adaptarse al cambio climático.
Tomemos Europa como ejemplo. En Lovaina, Bélgica, se han retirado miles de metros cuadrados de concreto, permitiendo la absorción de millones de litros de agua de lluvia. En Francia, el gobierno ha asignado fondos significativos a proyectos de ecología urbana, incluida la eliminación de pavimento a gran escala.
Aunque los beneficios son evidentes, la eliminación de pavimento requiere un cambio de mentalidad y una inversión considerable por parte de las autoridades municipales. Sin embargo, el apoyo y la presión de la comunidad son fundamentales para impulsar estas iniciativas a nivel local y nacional.
Con un enfoque en la creación de espacios verdes, las ciudades estadounidenses están liderando el camino hacia entornos urbanos más sostenibles y resilientes frente a los desafíos del siglo XXI.






